Elegante y perfumado, Alejandro pidió un dry martini en el snack bar del cementerio. Era su costumbre de todos los domingos salir a pasear al sol y tomar el aperitivo con los amigos.
Aquel día había barullo, ruido de palas y trabajos de excavación en la fosa común: "¿Qué estarán buscando? En esa fosa no hay más que masones, rojos y gente de baja ralea..."
A paso corto, un poco borracho, Alejandro movió las tabas hasta el nicho.
En su casa, de toda la vida, los domingos, paella.
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