Lo de mejor de Monegros son los monegrinos y las monegrinas. En esta campaña electoral atravesé los páramos de ese far west en repetidas ocasiones. En Sariñena me encontré con Mariano Barón (Rojo, claro) y una sabina con muchos siglos a la espalda.
Mequinenza es otro lugar increíble. Da vértigo pensar que bajo las aguas hay otro pueblo. Lovecraft hubiera escrito un relato sobre el retorno de una raza de hombres pez a los dominios de Dagon.
Los muchos kilómetros pasan factura. Mi amigo Correas y yo hicimos casi 9.000.
2 comentarios:
Lo que no cuentas es porque era el día de las piernas cansadas...
Tal vez habías bailado mucho el día anterior??
Ejem ejem ejem...
¡Gasp! ¡Desenmascárate, Chatun! ¡Reconoce que tu también estabass allí!
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