
"Dos semanas después protagonicé una gran conferencia de prensa en la sala de los grandes dinosaurios de Dinópolis. Mi intervención fue la que sigue, señor Juez:
- Se trata de una escultura fabricada sobre un mineral desconocido extraordinariamente duro. Su estructura atómica se asemeja a la del diamante. Se encontraba encastrada en un estrato de piedra caliza jurásica, formada hace 160 millones de años, a partir de sedimentos de origen marino.
Es una escultura antropomorfa, de dos metros y 75 centímetros y pesa 800 kilos. Representa a un hombre descomunal, un coloso, que blande un enorme martillo.
En el estudio de fósiles de la caliza hemos encontrado un ammonites, la Garantiana Baculata y un belemnites, el Megateuthis Giganteus. Ambos vivieron durante el Jurásico Medio, hace 160 millones de años. En su superficie, he hallado señales microscópicas similares a las que presentan los meteoritos. Huellas que sólo aparecen cuando un objeto entra en contacto con la atmósfera a miles de kilómetros por hora.
- ¿Quiere decir que se trata de un objeto extraterrestre?”
- Lamentablemente no podemos asegurarlo hasta que no averigüemos la procedencia del mineral.
"Aquel día debí contar todo lo que sabía. Tras diez días extrayendo la escultura y otros diez días para el traslado y estudio, me había familiarizado con su superficie. Ya en el laboratorio encontré unas extrañas marcas en su brazo. ¡Las marcas de una mordedura!"
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